Es pronto para encontrarse con las chicas; es la hora de cenar.
Por eso están todos en el piso de Ciro, fumando, riendo. Las litronas se multiplican despacio, entre bocado y bocado de pizza y algo parecido a rollitos primavera y sushi. ¿Qué más les da? Es sábado, están juntos y se pueden comer el mundo, si lo desean.
No pueden derribarles del pedestal. Es su pedestal su cima de la montaña; donde empieza la noche: adrenalina, chistes malos, bromas absurdas, y verse arreglados.
Justo de eso están hablando ahora.
-Todavía no me creo que vayas presentable.
Santi se hace el ofendido, blandiendo los palillos chinos con los que se come la ensalada. A Ciro le sigue haciendo gracia que sea vegano, después de tantos años que le conoce.
-¡Vamos a ver, que tampoco soy un trepa! Joder, tíos, lo vuestro es exagerado.
Ciro ríe, atragantándose con la pizza de espinaca y bresaola.
-Dai, Santi! -Alarga las vocales, habla con voz aguda, como si fuera una madre o una abuela mirando a su niño crecido.- Mira que guapo te has puesto, cómo se nota que esta noche vas a salir con chicas.
Y es cierto, lo tiene que reconocer a medida que los demás se ríen y le lanzan migas de pan entre bromas. De normal no se habría vestido así, a él le da lo mismo salir de tirantes con una camiseta cualquiera que ponerse una camisa; todo depende de la ropa que tenga limpia y lo primero que encuentre en el armario. Desde que vive con su hermano, solos, la casa es un poco caótica. Y sin embargo, hoy lleva la cresta peinada, las dilataciones de los lóbulos cambiadas por un aro de acero nuevo y otra con una estrella roja y negra dibujada. Incluso se ha cambiado los piercings de colores por otros plateados, más normales. Y reconoce que se siente más cómodo con una camiseta de Black Sabbath que en tirantes, viendo que los demás suelen salir también así. Excepto Jaime, que suele llevar alguna camisa de cuadros; pero es que el futuro médico es "especial". O como lo llama él, pijo redomado.
-Eh, dejad de meteros conmigo y decidle algo al pijolis este, que viene todo engominado!
-No más que tú, chaval. -Arturo se ríe, llevándose a la cocina su plato vacío y volviendo con la quinta botella de litro de cerveza.- Seguro que te has dejado el sueldo del mes en fijarte esos pelos.
Santi le hace la burla.
-¿Cuánto has tardado tú en hacerte la coleta, tío listo?
Se ríen; suben un poco el volumen de la música. Sólo son las nueve y cuarto. Dentro de un poco, se pondrán en pie, se pelearán por ir al baño a peinarse un poco, a lavarse los dientes y robarle a Ciro desodorante y colonia; la colonia que su mamma le sigue enviando desde casa porque no se fía de la que su niño pueda comprar en España. "Roma", se llama. Todos coinciden en que, junto con la que lleva Arturo, son las mejores que han olido. No hay chica que no les diga lo bien que huelen.
-A propósito de ciervas, señores... ¿Qué piensas hacer, Ciro? ¿No tienen que venir la rara y Rake?
Un cojín vuela, pero Santi lo esquiva, riéndose a carcajadas.
-¡Cállate, so gafe!
-Vaaale, vale. Señorita Tímida y Señorita Camarera.
Hasta Arturo se ríe al ver lo rojo que se pone el bibliotecario. Aplasta el cigarro contra el cenicero, se pone en pie y le da volumen a la música. Se ha soltado la melena, y junto a Santi, empiezan a tocar un par de guitarras imaginarias. Jaime canta; Ciro grita desde la cocina, donde está dejando la comida de Roald.
La energía corre a través de ellos, como una estrella más. ¡Es sábado, y es fiesta!
La energía corre a través de ellos, como una estrella más. ¡Es sábado, y es fiesta!
City lights are calling
Slowly coming back to life
Speeding in the fast line
Mama let us waste no time!
Devil in the doorway
Selling any kind of hell
We're just coming out to play!
Gritan, saltan, se mueven al compás. La noche es joven como ellos, fuerte como ellos. ¡Son imparables, listos para devorar el mundo, para crear la fiesta!
We're superheroes!!
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